La
Venus atrapamoscas es capaz de atrapar y digerir insectos. Los insectos son
atraídos hacia las trampas en sus hojas por el pigmento brillante y el néctar
secretado por una fila de glándulas, situadas justo por debajo de los dientes
de la trampa. Por lo general, en los lóbulos internos se encuentran
determinados pelos, que al hacer contacto con un insecto, provocan que la hoja
se cierre a una velocidad increíble, asombrando a todo aquel que ha tenido la
oportunidad de presenciar el funcionamiento perfecto de esta trampa natural. Se
cree que este fenómeno ocurre debido al rápido incremento del ácido en las
células de la superficie exterior de la trampa.